Una nueva fiesta está a punto de empezar. Esta noche, en Obras, Kapanga despide su último disco, Esta!, y se prepara para terminar su próximo disco en vivo y DVD de igual tenor (vivo), que acompañará la placa.

Mono, Balde, Michael, Mafia y El príncipe cuentan los minutos hasta el disparo de su tercer concierto en Obras en más de diez años de historia de banda.

El Mono, también, habla en esta nota de conciertos, de fiestas interminables, encuentros y de un problema que atraviesa la banda “K” del momento: “Tenemos la leche de que el Presidente se llame con ‘K’, como nosotros”.

– Cada vez que llegan a Obras tienen una noticia: en el show de hoy van a terminar su primer DVD…
– El próximo disco que lanzamos sale acompañado de un DVD. Tenemos filmado bastante: desde nuestro primer show hasta los últimos dos Obras; obviamente que están filmados con más tecnología los últimos que los primeros. No va a ser el DVD del show de hoy, el tercero que hacemos en Obras, sino que va a reunir la historia de distintos estadios como Obras, El Teatro, Cemento, distintos festivales… El disco que va a salir en vivo va a ser un vivo mezcladito. Sí tendrá un hilo conductor de canciones para los dos formatos pero, por ahí, en el disco habrá menos canciones que en el DVD.

– ¿Los obliga la existencia del formato DVD a ser más creativos?
– La idea es darle imágenes a la gente. Con la posibilidad que da la tecnología hoy se pueden hacer muchas cosas. Más que hoy un DVD no es un aparato imposible de comprar: cualquiera puede tener un DVD. Acompañar el audio con imágenes en Kapanga está bueno porque de los 20 videos que tenemos son muy jugosos. La idea es mostrar las canciones que nos hicieron estar en este momento, grabadas diez años después y en vivo. Me mata, El mono relojero o Ramón son canciones que están grabadas en el primer disco y que en vivo, y diez años después, suenan mucho más actuales que cuándo las grabamos.

– ¿Cómo va a ser el show? ¿Es más difícil de armarlo teniendo en cuenta que el show se va a registrar?
– En realidad para nosotros es lo mismo. No te fijás si lo van a estar grabando o filmando. Trato de vivir el momento, de disfrutarlo. Últimamente le estamos dando más bola a la puesta de luces, porque cuando tenés una buena iluminación trabajás más para que la gente lo mire y lo disfrute, y el show sea diferente al anterior. Tocar en Obras no es lo mismo, nunca te acostumbrás al Obras. De todos modos, no tiene el mismo impacto este Obras, el tercero, que el primero. El primero lo soñamos durante tanto tiempo y fue tan efímero… porque duro dos horas y nada más. De todos modos, cada día que pasó desde que cumplimos diez años nos pasan cosas más lindas. Como programar un show en Obras y llenarlo, cosa que antes no nos pasaba. Ahora la gente nos conoce, ya paga por vernos. Cuando la gente paga por ver un espectáculo, está pagando por algo que le gusta.

– Una de las

cosas buenas después de los diez años fue cruzarse en Córdoba y en vivo con La Mona?
– Claro. Fue un momento muy bueno para todos los que estábamos ahí: para la gente que no lo podía creer y para nosotros que nunca habíamos tocado con él en Córdoba.

– Se bancan ser la banda “k” del momento?
– Nosotros tenemos ese nombre registrado, ¡y de antes!. Nosotros le podemos decir a ellos que son unos copiones. La “K” la pusimos en función al significado de la “k” que le damos nosotros: es el símbolo de rebeldía. Tenemos la leche de que el Presidente se llame con “K”.

– ¿Cuál fue la mejor fiesta en la que estuviste?
– Tuve varias… varias… para mí la parte musical con Kapanga es fiesta siempre; son muchos, muchos shows. El más fiestero de todos fue cuando tocamos en Ámsterdam: fue el mas fiestero y el más loco, por el estado en el que estábamos. Era un lugar que soñamos y toda la gira fue una fiesta. Los shows nuestros son una fiesta, la gente lo dice y nosotros lo sentimos así. Todos van a pasarla bien a divertirse, a disfrutar con amigos. Kapanga ya pasa de ser solamente canciones, hay otras cosas que te atan a la gente; sus historias y las nuestras… pasan los años y la historia, y todo sigue creciendo. Cada día de show es día de fiesta. Después seguís con tus quilombos de siempre. El antes, la semana previa… todo es una fiesta. Yo trato de no pensar seriamente algunas cosas que nos pasan porque me tiemblan las piernas. Trato de disfrutarlo sin pensar mucho porque si pensás en todo lo que nos pasa como personajes públicos o como personas que trascendente es impresionante.

– ¿Cómo se sostiene la energía positiva para llevar adelante una banda como Kapanga?
– Agradezco tener buen humor porque son más los días buenos que los malos. Creo que podés tener días malos para ir a tocar, pero cuando llegás al escenario todo pasa. Es como cuando decís que los problemas tienen que quedar afuera: es así, cuando llega el momento de salir a tocar se olvida todo.

Fuente: Ciudad.com.ar