Los Ratones Paranoicos festejaron sus primeros veinte años en All Boys al ritmo del elegante rock stone. Por supuesto no faltaron los invitados a la fiesta: entre ellos Charly Garcia y Fernando Ruiz Díaz.

fotos: Gabriela Porzio

«…Que tornillo…», dijo alguien al pasar, y otro le contesto con un «… no importa, loco, ahora los Ratones nos ponen de fiesta…!», mientras una petaca de vaya a saber qué brebaje calentaba el cuerpo y el alma.

Poco a poco, a partir de las 19 horas el barrio de Floresta se empezaba a poblar de gente para asistir al cumpleaños número 20 de Los Ratones Paranoicos, emblemática banda de rock nacional. Si nos remontamos a sus comienzos, debemos mencionar al ausente Pablo Memi, bajista original de la agrupación, el haber creado el llamado rock stone en nuestro país, de generar una nueva tribu urbana conocida como «rolinga» y de mantener a través del tiempo una estética fiel a su estilo del que nunca renegaron y, por el contrario, defendieron a rajatabla.

Quizás, si nos ponemos a hilar fino, encontraremos que en poco se parece la lírica de Los Ratones y su forma de pensar a lo que hoy pregonan otras bandas del estilo, que a lo mejor crecieron escuchando a Juanse y compañía. Pero es indudable que los cuatro jinetes son toda una influencia en nuestro argento rock.

Pero sobre el concierto en sí mismo, los Jóvenes Pordioseros realizaron su set como invitados especiales para abrir la velada. Ya se conoce en el ambiente la buena vibra que existe entre Juanse y esta banda, y para la ocasión los Pordioseros se vistieron de traje y corbata como corresponde a tamaña invitación.

Por un poco más de media hora, los de Lugano juntaron y movieron a la gente que estaba dispuesta al bailoteo espontáneo desde el principio. Sonaron «105 y 13», «No me arrepiento» y algunos más que le sacaron el frío a la mayoría. El campo se fue llenando, no así las plateas, y la espera se hacía difícil en la gélida noche porteña.

Pero todo cambió de pronto cuando Juanse, Roy, Sarco y el Zorrito se presentaron al frente del escenario y saludaron cual anfitriones a todos sus invitados y comenzó la descarga de rock n’ roll esperada y deseada por cada uno de los que poblaban el estadio. La play list contó treinta al llegar al final, donde aglomeraron hits, música para nostálgicos, desenfreno, motivación y muy buen sonido. «El hada violada», «Rock del pedazo», «Estrella», «Rainbow» y «El vampiro» sobresalieron en la primer parte, donde Chucky De Ipola ya se hacía cargo de los teclados. Las gracias del líder no se hacían rogar, entre ellas agradeció a los padres, hijos y espíritu santo del rock n’ roll (sic) y «Simpatía» sonó.

Promediando la noche empezaría el desfile de artistas invitados. El primero fue Gabriel Carambula quien aporto las seis cuerdas para «El Blues de Santa Fe» del querido Pappo ante la ovación del público. Luego de una seguidilla de viejos conocidos le llego el tiempo a Fernando Ruiz Díaz, quien le hizo llegar a la banda una plaqueta de la «Banda del Oeste» ferviente seguidora del grupo que alentó desde un principio con sus banderas, el elegido para hacer en compañía del Catupecu Machu fue «Cowboy».

Así sin respiro y a continuación, Charly Garcia se unió a la fiesta y haciendo un toco y me voy: dispararon «Satisfaction», a lo cual Toti y Gaby Carámbula no perdieron la ocasión de acoplarse y llenar de rock el escenario. Ese fue el momento en el cual Juanse bajó y cantó desde el vallado con su público. Pero la cosa no terminaría ahí. Como no podía ser de otra manera vendría el homenaje de la banda a Norberto Napolitano en conjunto con Luciano, heredero del recordado Pappo y su «Tren de las 16».

Después de dos horas y media largas de show, el final se daría con «Sigue girando» y las todas las luces del estadio prendidas para el último disfrute de banda y público. Un aniversario que no pasará desapercibido en la historia del rock nacional.

Fuente Rock.com.ar