Este viernes 2 se cumplirán 40 años exactos del día en que Los Beatniks grabaron «Rebelde», tema que sería lado A del primer simple del rock nacional. Aquí lo festejamos con una producción especial.

 

El jueves 2 de junio de 1966, el grupo Los Beatniks, que lideraba Moris, consiguió grabar en los estudios CBS Columbia. El producto de esa sesión fue editado diez días más tarde en un simple que está considerado el primer disco de rock nacional. En el lado A, Rebelde, de Moris y Pajarito Zaguri; en el B, No finjas más, de Javier Martínez.

La balsa de Los Gatos aparecería un año después.

Así comenzó la historia del rock de la Argentina.

Si no hubiera sucedido aquello, quién sabe qué habría sido de las vidas de Luis Alberto Spinetta, Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati, León Gieco y Los Piojos. Quién sabe.
El día del big bang fue el 12 de junio del 66, según consta en una ficha de registro que duerme en paz en los archivos de la CBS Columbia de la Argentina, hoy integrados a la papelería de la gigantesca SonyBMG. Ese día, que cayó domingo (¿?) según documenta el calendario de ese año, se publicó el disquito que había sido grabado una semana y media antes sin muchas expectativas artísticas y comerciales, tanto de parte de los artistas como de los ejecutivos de la grabadora.

Y después vino lo que ya se sabe.

La aventura había comenzado medio año antes, en el verano, en Villa Gesell; precisamente en un pequeño local llamado Juan Sebastián Bar, propiedad del porteño Mauricio Birabent, ya conocido como Moris. Allí el dueño de casa y su amigo baterista Javier Martínez, ambos entusiastas músicos, animaban las veladas con un repertorio ecléctico que podían combinar temas de Los Beatles y los Rolling Stones con algunos boleros ya clásicos y con temas propios. Uno de ellos era Rebelde, escrito por Moris y Pajarito Zaguri, un amigo de Buenos Aires que estaba pasando el verano en Mar del Plata.

Los Beatniks que grabaron, alineaban a Moris, Zaguri y dos jóvenes músicos de jazz que tocaban habitualmente en La Cueva, el baterista Alberto Fernández Martín y el bajista Antonio Pérez Estévez.

Los mismos músicos promocionaron el lanzamiento del disco arriba de una camioneta en Corrientes y Florida, y luego bañándose en una fuente frente a la boite Mau Mau.

Horacio Martínez, allegado al grupo (luego fue representante de Los Gatos y más tarde productor discográfico de CBS Columbia), ofrece detalles de aquello: «Para lanzar el simple hicimos un escándalo publicitario tan grende, que creo que de alguna manera la compañía se asustó. Me acuerdo que salimos en una revista que estaba de moda en ese momento, en una nota titulada Dolce vita en Barrio Norte. Queríamos que el disco se escuchara y también llamar la atención de la compañía. Y llamamos tanto la atención que nos dieron la salida…»

Después Los Beatniks hicieron la presentación oficial en La Cueva, ante varios periodistas que había conseguido llevar Pajarito Zaguri. Uno de ellos escribiría, poco después, una nota en la prestigiosa revista de actualidad Primera Plana.

Recuerda Pipo Lernoud, poeta (co-autor con Moris de Ayer nomás) y amigo de los músicos: «En la presentación del disco, yo leí una especie de manifiesto explicando que había un cambio en el mundo y que venían las nuevas generaciones agitando las banderas del pacifismo y que había que parar el armamentismo y ocuparse de la gente que tenía hambre. Me mandé un manifiesto largo, y como al final dije: «Y aquí están Los Beatniks, que son los líderes de esta cosa», algo así, y ellos contaron cuatro y largaron con Rebelde«. Lernoud, que no sabía tocar un instrumento ni cantar, escribía: con ese rol llegó a ser en una especie de ideólogo y cronista de esa troupe de entusiastas que, con unas canciones, intentaba cambiar el mundo.

A pesar de tanto empeño, Rebelde vendió apenas dos centenares de copias y poco después de un breve ciclo de actuaciones en el Teatro del Altillo de Florida al 600, el grupo fue desarmado por Moris.

Los Beatniks terminaron así su brevísima carrera.

En algunas calles de Buenos Aires quedaron los graffittis que rezaban: «Aquí estuvieron Los Beatniks. ¡Cuándo no!».

La mecha había sido encendida.

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Fuente: Rock.com.ar