Los Jóvenes Pordioseros lanzaron su tercera placa, «Sangre», sin novedades pero para consolidar su popularidad. La crónica de Nicolás Marchetti, para La Voz del Interior.

Publicado en Diario La Voz del Interior

Llegó el sucesor de Vicio para Jóvenes Pordioseros y con él, la posibilidad de revalidar su condición de compositores tribuneros. Su hit Descontrolado tuvo paravalancha y eso no es poco para cualquier músico argentino que aspire deliberadamente a la popularidad.

El año pasado, Vicio fue disco de oro, los JP llenaron dos Obras y la cancha auxiliar de Ferro en Buenos Aires, mientras que aquí accedieron a La Vieja Usina. Todo, en la ruta del fenómeno de rock barrial y luego de la tragedia de Cromañón, que dejó a la deriva y sin trono a Callejeros.

Sangre (el segundo que editan para la multinacional Warner) es entonces para ellos un paso fundamental y que pudieron concebir sin la responsabilidad de decir algo al respecto porque están libres de culpa y cargo. En la obra, entonces, no hay experimentación. Ni vértigo. Sólo rocanrol, canciones fáciles de tararear. Digamos que es un paso al costado y una toma de posición. “Nosotros somos así”, es lo que quieren comunicar. Defienden esa idea en Hermano, una reivindicación de los códigos de la calle: “Soy tu hermano, soy tu amigo. Hoy que tomé me puedo expresar”.

Sangre es sin duda una entrega de esencia stone, con algunas baladas, piezas “calamarescas” (en el modo de cantar, claro) e incluso con aires “pityanos” (en ese susurro afiebrado de Alta gata. Hay canciones como Abue, además, remiten a El rey, incluido en el primer disco de Intoxicados. Pero, claro, Toti, no tiene la misma pluma ni el mismo andar que Pity Álvarez sobre un escenario, aunque los dos hayan crecido en el difícil barrio de Lugano.

En La banda que no duerme los JP marcan el pulso del disco: guitarras al frente y una canción que bien podría calificarse como “rutera”. En Pegado llegan a otro hit. “Lleno mi vida con sólo rocanrol”, se oye. Y les gusta, tanto que hacen un “homenaje” al bajo de Miss you y al prototipo de cancioncita stone en Balada pordiosera.

Con Hijo del oeste, llegan al clímax con Juanse como invitado, un referente que le brinda a la banda ese swing del que carece. A esta altura, el líder de Ratones Paranoicos es como un guía espiritual. Ojalá algún día JP suene como ellos. Y ojalá algún días vayan más allá de las chicas, las drogas, el aguante. Por ahora, son sólo pordioseros.

Fuente ROCK