Desde la cárcel, Omar Chabán no sólo dio su visión de la tragedia. También habló sobre toda la repercusión que abrió Cromañón y de su carrera en el rock y el teatro antes del desastre.

La extensa charla con Omar Chabán en la cárcel de Marcos Paz se desarrolla en la tarde del jueves 17 de agosto. Durante todo ese tiempo, nunca deja de gesticular, de mover las manos y los brazos. Todo eso sucede en el ámbito de una sala diminuta, apenas iluminada por un haz de luz que entra por una pequeña ventana.

El verborrágico Omar Chabán vuelve una y otra vez sobre aquella noche del 30 de diciembre. Ejerce una defensa a ultranza. Por momentos, algunos instantes, la entrevista salta hacia otros temas: el teatro, el rock de las décadas del 80 y 90, es decir, su vida antes del trágico día. Recordemos: más de veinte años atrás Omar Chabán abrió el Café Einstein –un sótano en Córdoba y Pueyrredón– con las actuaciones de los entonces novatos Soda Stereo y Los Twist. Una historia que se extendería más tarde a Cemento –con quejas eternas de los vecinos y una inhabilitación por tener una parilla adentro– y a Die Shule. Y que protagonizarían decenas de bandas. Esa historia no sólo estuvo ambientada en el rock: también fue muy afín al teatro under. Pocos días atrás, una parte de la patria del rock publicó una solicitada en defensa de Omar Chabán. Entre otros firmaron los integrantes de Miranda!, Intoxicados, El Otro Yo, Bersuit, Attaque 77, Villanos, Nativo, Todos Tus Muertos y Arbol. También hubo muchas ausencias notables. De todos esos años previos y posteriores al desastre habla Omar Chabán en la entrevista: su relación con los conjuntos, el dinero, el rock, su carrera, el teatro y su negación a rotularse como empresario: “A los grupos los iba acompañando y apiolando cómo convenía el juego. Era como un acompañante. El grupo podía transferir a mi las ansias de hacerse famoso. Yo sabía escuchar a los grupos. Fui un buen escuchador. Por ejemplo, yo descubrí lo nuevo en Callejeros”.

  • Los músicos que no firmaron la solicitada
    “Tampoco el efectismo. Hay algunos que no pudieron llamar. Pero me apoyan el Indio Solari y Charly, con quien no me llevaba bien, también me apoyó. Dante Spinetta dijo una tontería: que yo cortaba el agua para que la gente vaya a chupar. La gente que tocaba en Soda también habló de la responsabilidad del público”.
  • El público de Callejeros
    “Era genial. No era el público de Viejas Locas. Era muy ameno, simpático. Yo los saludaba a todos. Los que desataron la tragedia fueron un público anexado. Porque cuando viene la onda cholula se te pegan como imbéciles. Sus normas internas son muy autoritarias”
  • La respuesta a Pettinato
    “A Roberto Pettinato, que habló mal de mi, le recuerdo que a Pachuco Cadáver, banda en la que tocaba él, la bancaba yo, porque me gustaba. Perdía plata ¿Sabés cuanto tiempo tarda un grupo en hacerse famoso? Diez años. Y cuando perdía plata, la diferencia me quedaba colgada a mi”.
  • Su relación con el dinero
    «A mi nunca me importó la guita. Siempre pienso en la estrategia. Le dije esto al juez y no me creía. Soy soltero, yo iba los domingos y compraba libros y ropa. No tenía coche. Tampoco aparentaba tener plata. Cuando Luca Prodán escribió Quiero dinero (registrado en el primer disco de Sumo Corpiños en la madrugada) y me mencionó en la canción, se trató de una ironía. El era muy inocente, venía de una familia de plata y me acuerdo que jodía con nosotros, los dueños del Café Einstein. Lo más importante es remarcar que nos veía como personajes importantes en su vida, porque nos puso en la canción”.
  • El rock
    “El rock sólo dura sólo cinco años más. Van a quedar todos grupos viejos. No va a surgir nadie porque no hay lugares para tocar. (La productora) Pop Art ya los agarra famosos ¿Cuándo generó un grupo? ¿Cuándo generó un grupo (Daniel) Grinbank? El que se rompía el lomo era yo. Y también lo cagaron al dueño de Marqueé, que generaba a los grupos y después venían a Cemento. Cerraron ese lugar. Ahora no existe. Es una locura lo que pasa”.
  • Su carrera
    “Yo fui el primer tipo que venía de la calle Corrientes, con formación entre comillas intelectual o artística, que empezó a cobrar entrada. Y esto, que parece una tontería o un chiste, implicó que después exista (Darío) Loperfido, implicó que la cultura distinta pueda significar dinero. Fue formativo. Esa relación entre el teatro San Martín, Jorge Glusberg y el boliche New York City. Yo era un personaje simpático, que te cobraba una entrada y que además no era un bolichero tradicional. Eso ganado hoy volvió hacia atrás con la idea del pecado respecto a lo festivo. Ahora divertirse debe ser culposo”.
  • Los familiares de las víctimas
    “Yo les diría que hice todo lo humanamente posible para cuidar a los que estuvieron esa noche ahí. Mi historia es la de ayudar a gente de teatro, de música. Estuve ahí tratando de cuidar a los chicos. Fui el que puso la alerta. Al público yo lo consideraba sagrado. Hice todo lo posible para que esto no ocurriera. No pude saber lo del techo, tampoco que iban a entrar estos tres tipos, pero nadie lo sospechaba”.
  • La vida en la cárcel
    “Al principio me veía acá una persona distinta todos los días. Creo en el recogimiento interior y en la verdad. Pero mi vida es miserable. No tengo plata, no tengo nada. Estoy viviendo de mis amigos que me hacen favores. Soy más pobre que las ratas. En la cárcel primero solamente leía y después se me iba la cabeza. Ahora hago gimnasia y se me va la cabeza. Dibujo y se me va la cabeza. Y cuando duermo se me va la cabeza. Es un duermevela constante”.
  • El teatro
    “Yo hice obras de teatro en las que le pagaba a la gente para que me venga a ver. Yo fui el mejor actor under con Guillermo Angelelli y Carlos Velloso. El under empezó en el 82 en el Einstein. Después larga el Parakultural. Pero yo me fui aislando, me quedé en el personaje y el establishment quedó por otro lado”.
  • La música de Callejeros
    “Como dice mi hermana, las letras de Callejeros parecen intelectuales y después les vino el arrabal en el sentido de que se pusieron muy ingenuos con la causa judicial. No escuché su nuevo disco”.
  • El rock
    «Nunca me gustó el rock. Me gusta la música barroca, la de la edad media, la religiosa y la sofisticada. Yo siempre viví una actitud crítica con el rock, pero tenía una pujanza increíble”.
  • La elite de Chabán
    “Si tuviera la oportunidad de poner otro boliche, jamás me metería de nuevo. No me hacen más la trampa, el coco. Por eso digo: intelectuales y artistas, no se comuniquen con las masas”.