Ante un público femenino, el cantante empezó a desandar el exitoso camino de los 30 conciertos en el Luna Park. En su debut, cantó mucho de sus hits y presentó las canciones de su más reciente CD “Adentro”. Las fans, felices y disfónicas. Lo mejor del show, en videos.Ante un público completamente fanatizado, y con un repertorio que combinó clásicos y temas del disco “Adentro”, el músico guatemalteco Ricardo Arjona arrancó con su maratónica serie de 30 shows en el Luna Park.

La velada se puso en marcha pasadas las 21.30, cuando las pantallas de video -dos a los costados del escenario y cuatro más como parte de la escenografía que simulaba una estación de subte- comenzaron a proyectar una introducción con diversas imágenes.

El público, integrado en su mayoría por mujeres, se entregó a un desenfrenado griterío que clamaba por la presencia del ídolo en el escenario. Aunque el protagonista de la noche se hizo rogar. Así, la banda salió a escena para hacer “Iluso”, con Arjona cantando desde afuera del escenario. Y con el público en un estado de histeria colectiva, el guatemalteco dio la cara recién con el segundo tema, “Para bien o par mal”.

Con un sobretodo negro estilo militar, jeans y remera escote en V al tono, el cantante siguió con los hits “Acompáñane a estar solo” y “Taxi”, coreados al unísono por las seis mil asistentes que colmaban el recinto. “Argentina, buenas noches. Esto no es un concurso ni una competencia. Es el inicio de lo que se da cuando un grupo de amigos tienen ganas de verse. Ustedes ponen su presencia y nosotros el resto”, manifestó el cantante en la primera de sus alocuciones al público.

Acto seguido, el cantante encaró un medley con los temas “Realmente”, “Desnuda” y “Por qué es tan cruel el amor”. Luego llegó “La nena”, canción sobre una niña secuestrada en la que Arjona quedó encerrado por una jaula que bajó desde lo alto del escenario.

Después sonaron dos canciones que hablan de las desigualdades entre Estados Unidos y el resto de América Latina, “Mojado”, con una leyenda sobreimpresa en pantalla que daba cuenta de las 1500 personas que murieron intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos y “Si el norte fuera el sur”, en la que se proyectaron imágenes alusivas al “capitalismo pop” como Superman, Homero Simpson y Barbie.

Culminado el segmento de “compromiso social”, Arjona pidió permiso para interpretar tres de sus canciones favoritas; “Lo poco que queda”, “Receta” y “Quesos, cosas, casas”. Y después vino el espacio para que la gente pida “las canciones que quiera”, aunque la lista de temas ya estaba pautada. El recurso había sido usado por Arjona en su última visita al país, pero a ninguno de sus fans pareció importarle demasiado.

En un set íntimo, en el que se lució el saxofonista Fernando Acosta, el artista repasó “Dime que no”, “Te conozco”, “Cuando”, “Tu reputación”, “Sin daños a terceros” y “Se nos muere el amor”. Y para “Señora de las cuatro décadas”, eligió a una mujer cuarentona pero sexy a la que le dedicó el tema. Para el final llegó “Pingüinos en la cama”, canción ampliamente festejada por la concurrencia. Apenas unos minutos más tarde Arjona volvió para los bises y cantó “El problema”, “Minutos” y una sorpresa muy especial.

Sucede que el artista contactó a los músicos callejeros de la calle Florida a los que conoció durante una temporada en Buenos Aires, antes de ser famoso. Y con dichos instrumentistas encaró el tema “Animal nocturno”, inspirado en sus experiencias en la noche porteña. Para el cierre quedó “Mujeres”, canción con la que el guatemalteco se despidió en medio de la euforia de una platea que no paró de gritar y corear las canciones durante las dos horas de recital.