El sábado 25 de noviembre, LA MANCHA DE ROLANDO se presentó en el ya no mítico estadio Obras. Tres horas de show, campo agotado y un repaso por sus 15 años de historia fueron los condimentos que acompañaron a la presentación de su nuevo disco: “Espíritu”.

Un comentario antes de comenzar la nota.
LA MANCHA DE ROLANDO es una banda que muchos nunca saben cómo catalogarla. Porque suena en FM HIT y hace acústicos, de la misma manera que al otro día puede estar en la Rock and Pop. Entonces existe cierto desprecio del público “rockero”, fundamentándose sólo en este aspecto. En esta nota no vamos a tratar de definir nada, pero igualmente sería bueno que los que no conocen o desprecian a la banda lean esta crónica dejando el prejuicio de lado. También y para que no se pierdan, tengan a bien saber el nombre del cantante: MANU.
Ahora sí, comencemos.

Sábado 25 de noviembre, Obras

Pasadas las 21.30hs las luces se apagaron y “A mi hogar” dio inicio al recital.
Hubo una seguidilla de 5 temas en la que se destacaron “En la calle” y “Entre ríos”, para luego darle paso a las primeras palabras de MANU para con su público: “Uno de los mayores orgullos de nuestros 15 años se dio durante este año. A partir de ahora existe una fundación llamada ARDE LA CIUDAD destinada a promover y fomentar todo tipo de temáticas referidas a los derechos humanos (…) Es importante que lo que decimos en palabras llegue a los hechos” (Para más información: www.ardelaciudad.com.ar). Aplauso y comienzo para “Arde la ciudad”.

Luego vino el momento para el hit del último disco. No, mis amores, no me refiero a “Cabron”, tema que más tarde sonaría. Un tema que suena 50 veces al día por radio durante 5 semanas no es un hit. La canción en cuestión se llama “Chino” y vale la pena una bajada de la web como para verqueonda. Ahora sí, y luego del segundo corte del disco, vendría el primero de los dos parates del show.

RICARDO SOULÉ vive

La segunda parte comenzó bien abajo con “Angel del docke” y “Melodía simple”, ambas de su disco anterior, “Viaje”. “Renacer” y “El hambriento” levantarían un poco más el ambiente, para bajar nuevamente con “Donde vamos” y “Mi semilla”. “La planta” comenzaría en versión reggae retomando luego su sonido original.

Más tarde sería tiempo de emociones. MANU, por tocar con su ídolo, y RICARDO SOULÉ por tener un fanático.

Abrazo memorable y “Ritmo & blues” comenzaba a escucharse. Luego interpretarían “Prometeme que nunca me dirás adiós”, también del ex guitarrista y vocalista de VOX DEI y, según MANU, “La mejor canción de amor que escuché en mi vida”.

Covers, temas de radio y más

Durante el segundo parate se escuchó un audio muy interesante del ya casi olvidado PERRO SANTILLAN, a lo que le seguiría el cover de INTOXICADOS “Como ganado”.

Luego de “A vivir” y “Mago de la lluvia” vendría un insulto muy coherente a un personaje nefasto que se gana la vida contando los chimentos de la Tv.
Y cuando digo coherente, no me refiero a una puteada. Me refiero a una reflexión acerca de lo que piensa una banda de rock cuando compone un tema. El placer que siente al oírla en la radio o ver miles de personas en un local cantándola y el sentimiento contrario al escucharla de cortina en un programa como “Intrusos”.
Un tipo macanudo el MANU, como para tener de amigo. Este sería el preludio para “Calavera”.

Llegando al final e invitando a los presentes a quedarse hasta la 1am vinieron “Ruta 66” de PAPPO, “Siempre esperando” y “El sur de la ciudad”.

En algún momento de la noche, los músicos manifestaron el placer que les resultaba estar tocando en Obras y las pocas ganas que tenían de terminar el show. Dicho y hecho. Finalizado el recital y con solo una guitarra de acompañante se despidieron tocando partes de temas propios y ajenos como quien se reúne en su casa con amigos durante 20 minutos. De esta manera y con las luces encendidas, se despidieron.

Para cerrar la nota, no me queda más que citar textual el cierre de una nota de mi autoría, allá por el 16/06/2004 cuando presentaron “Viaje” en El Teatro:

Fin de la presentación del disco para la banda del sur de Buenos Aires. Saldo positivo. Siguen siendo la misma banda de siempre, creen a rajatabla en el “nos debemos a nuestro público” y le ponen verdadera alegría a lo que hacen. Sus shows no son uno más en una larga lista. Se nota que les cuesta llevarlo a cabo, y como todo gran esfuerzo, tiene su gran recompensa. De eso son testigos sus seguidores y cualquier colado que los haya visto más de dos veces. Siempre terminan de tocar contentos y eufóricos, felices por haber plasmado una vez más un objetivo. Objetivo que esperemos que siga expandiendo y manchando más seguidores…

Fuente: El Acople