Exactamente a diez años de su último show, Soda Stereo tocó dos canciones y brindó la única conferencia de prensa de su gira Me verás volver.

Ningún elemento librado al azar: la puesta en escena con televisores sintonizados con imagen de estática, tal como lo hicieron en el mítico show que brindaron en el Teatro Astros («Un show al que hoy fueron todos, y que en realidad no fue nadie»). El lugar: Museum, en Perú al 500, allí donde en 1989 rodaron el clip de «En la ciudad de la furia». El look new wave eighties, con la reglamentaria camisa y corbata con campera (que luego fue cambiada por sendos sacos vintage). Ese fue el marco para que, a diez años exactos del «Gracias totales» («No tengo idea de que voy a decir ahora: por ahí sea un ‘Olas Totales’, tsunami de por medio») Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti vuelvan a poner en funcionamiento a la mayor leyenda del rock latinoamericano: Soda Stereo, en su única conferencia de prensa de Me verás volver, la gira regreso de la banda.


Tras una recepción que incluyó abundantes cantidades de comida y bebida, pasadas las 19:30 horas el trío salió a escena y tocó dos temas: «Sobredosis de TV» y, claro, «La ciudad de la furia». Las versiones que sonaron fueron muy respetuosas de las registradas en los discos, y esa parece que será una constante de la vuelta de la banda («Una de las razones por las que volvemos es, al menos para mí, que no me pregunten por la vuelta de Soda», bromeó Cerati). Otro dato curioso fue que, a pesar de las recomendaciones de no registrar las imágenes ni con teléfonos celulares ni cámaras digitales, hubo abundantes de ambas, y el hecho se tornó imposible de requisar para la seguridad del lugar. Que loco: casi nadie volverá a ver a Soda con ese grado de cercanía y, sin embargo, muchos eligieron ver al trío de la misma manera como luego lo verán por You Tube. Paradojas de la era digital…

Después de un breve intervalo, con Lalo Mir como Maestro de Ceremonias, los tres volvieron, esta vez para someterse a más de una veintena de preguntas de medios de todo el continente. Hubo de todo, pero un invisible hilo conductor parecía hilvanar las preguntas: Cerati diciendo uno de los motivos por los que se juntaban era «que mi hijo nunca vio a Soda» y una cronista de Chile haciendo hincapié que en el país trasandino padres e hijos adquirían los tickets para los shows; lo ya citado acerca de la puesta en escena y el dato que Martin Philips, responsable de la escenografía de los shows de Daft Punk y Nine Inch Nails («De los que más disfruté en los últimos tiempos», según el guitarrista) hará lo suyo en este tour; las inevitables preguntas sobre la relación entre ellos («No hubo pelea, hubo distanciamiento, y el tiempo curó las heridas», afirmó Alberti) y sobre, tal como dijo Frank Zappa en su momento, estaban juntos «Sólo por el dinero» («Yo soy un gran fan de Johnny Rotten. ¿Vos te creíste lo de la gira de Lucro Sucio? Yo no. Nunca se vuelve solamente por una razón», dijo Cerati); la intimidad de la sala de ensayo («Cuando les dijimos a nuestros asistentes que nos dejaran a los tres solos para volver a hacer música, no se querían ir y tuvimos que echarlos. Nos pusimos a tocar e hicimos como 40 temas de Soda, como pudimos», señaló Gustavo); el regalo de tres camisetas de fútbol de la selección de Ecuador por parte de la cronista; la humorada de la versión chilena de CQC (le acercaron un par de hombreras a Cerati, un gel capilar a Zeta y un delineador a Charly); el agradecimiento por parte de un panameño por ir a tocar allí y las quejas de una peruana por no ir allá; y la incógnita por como será el acto soporte («Tiene que ver con el rock, pero aún no lo cerramos, por lo que no puedo decir más», señaló Cerati). Pero, quizás, la mejor respuesta de la banda fue cuando le preguntaron sobre el presente del rock argentino. Los tres asumieron un papel crítico, y coronaron con la siguiente frase: «Que se arme tanto revuelo por la vuelta de Soda da cuenta del estado de las cosas». Sí, claro: de un vacío que, hasta el momento, nadie ha vuelto a llenar.

Fuente: RSLA