Stone Temple Pilots cerró la maratón de música del Pepsi Music. Los rockeros repasaron su carrera en un show que reunió más de 18 mil personas.

La banda estadounidense Stone Temple Pilots fue la encargada de cerrar la maratón rockera del Pepsi Music con un energético show en el que repasaron toda su carrera, satisfaciendo la demanda de las más de 18 mil personas reunidas en el Club Ciudad de Buenos Aires.

La banda integrada por el cantante Scott Weiland, los hermanos Dean y Robert De Leo, en guitarra y bajo respectivamente, junto al baterista Eric Kretz saldaron una deuda con un público que esperó varios años para verlos. Uno de sus hits «Big Empty», incluido en el disco «Purple» (1994) fue el encargado de abrir el concierto con una introducción blusera, mientras Weiland no se quitaba sus lentes oscuros.


Weiland es un tipo muy particular, conocido por sus excesos, ya visitó la Argentina en 2007 cuando integraba Velvet Revolver. El cantante carga con las culpas de haber cortado la carrera de los STP con sus continuos ingresos a rehabilitación o sus detenciones. De hecho, esta gira es solo de reunión y luego cada uno seguirá su camino, ya que la relación entre los 4 miembros no mejoró, en especial la de Weiland con el resto, y eso se vio reflejado ayer cuando el cantante llegó al predio 10 minutos antes del show, solo, en taxi, luego de haber paseado por Buenos Aires.

Sin embargo, la banda lució compacta, firme como para darle especio a la zepelliniana guitarra de Dean De Leo que cosechó aplausos con el riff de «Wicked Garden» del emblemático primer disco «Core» (1992). A mitad del show, los STP hilvanaron las tres canciones más importantes de su repertorio «Creep», el hitazo «Plush» y la preciosa «Interstate Love Song», en las que mostraron sus raíces grunge.

Previamente, Massacre tuvo el honor de ser la banda sorpresa de la noche, a pesar de que ya había tocado el día 3 con Babasónicos. En un escenario se produjo el debut de la nueva formación de Entre Ríos, la banda que del electropop pasó al rock relajado en el que se destacó la voz de Rosario Ortega, mientras que más temprano Carca había deleitado a los pocos asistentes presentes con su rock argento setentista.

Fuente: Télam